lunes, 19 de diciembre de 2011

Vuelta a mi sitio...

Meses.Meses.Meses...

Son los que llevo sin escribir.Y a pesar de que quizás debiera sentirme como una extraña, siento que aquí estoy en mi casa. Es dónde puedo desprenderme de mis ropas hipócritas, esas que, aunque intento que parezcan de acero, en realidad, pueden romperse con el más brusco movimiento.

¿Por qué tanto tiempo sin escribir? Circunstancias, nunca falta de ganas. Siento que soy egoísta. Se supone que si me pongo a escribir, lo tengo que hacer cada cierto período de tiempo. Egoísta, porque es ahora, cuando más lo necesito, cuando vuelvo a casa.

Siempre me ha gustado la soledad. Pensar tranquila, relajarme, y disfrutar del instante...Hasta ahora. Continuamente he sentido que necesitaba encontrar mi mitad. Mi pedacito. Mi otra voz en los silencios. Un corazón dónde estuviesen mis latidos. Me quejaba, y lo sigo haciendo, pero nunca sentí la sensación de estar sola. Quizás a la espera, incluso desesperada, pero llenaba mi vida con otras motivaciones.


Y a estas alturas, me siento sola. Y no hay peor soledad, que aquella que se presenta justo cuando necesitas compartir tu alma...

viernes, 21 de octubre de 2011

...

Y pasa el tiempo, y en mis ojos aún llueve, aunque sé que pronto empezará a descampar...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Instante...

Soy una afortunada. ¿Por qué? Porque hoy he tenido uno de esos instantes. Un intante, dentro de la realidad más cotidiana, que es especial. Instantes, que la mayoría de las veces no somos capaces de apreciar. Instantes que subestimamos. Pero hoy, he sentido uno de esos instantes. No hay que buscarles explicación, simplemente, ocurren.

Ha sido en el autobús. Estaba sentada, justo al lado de la ventanilla. Además, a mi lado no había nadie, por lo que no tendría que cargar con el bolso, ni con los apuntes de la facultad. A pesar de estar "encerrada" en el bus, me sentía libre, al poder tener tanta vista del exterior. Casualmente, una de las ventanas pequeñas, dos o tres filas de asientos anteriores, estaba abierta. El aire me daba en la cara, y movía los mechones que salían de mi trenza rizada. El aire no era caliente. Tampoco me congelaba, pero sí erizaba mi piel, sintiendo escalofrios. Entonces, me coloqué mis cascos, subí el volumen, y busqué en la lista de reproducción una canción adecuada al momento. Una canción de amor, pero con fuerza. Nada meloso, algo rock.
Y ahí ocurrió el instante mágico. Todos esos detalles: mi pelo mecido, mi piel erizada, las notas musicales de fondo, la vista en movimiento...sentí que estaba en un videoclip. Y yo era la protagonista. Las cámaras estaban dentro de los coches que pasaban al lado del autobús. Los conductores, estaban grabándome. Y lo mejor de todo, es que no tenía que actuar. Nada de guión, ni miradas programadas. Sólo sonreía para mis adentros, disfrutaba del momento. Y supe, sin hablar con el director, que era el mejor videoclip que realizaría en toda mi vida. 

Y es que, como dice Renée, en " La elegancia del erizo" , la vida se trata de eso: "Quizás estar vivo sea esto: perseguir instantes que mueren." "El Arte es la emoción sin el deseo. Y la vida es el Arte, pero con otro ritmo". Instantes que no se buscan. Momentos agridulces. Momentos que no volveran a repetirse, pero sin embargo, son tal dulces que basta con poseer su recuerdo. Y hoy, yo, una chica de lo más corriente, ha disfrutado de uno de esos mágicos instantes.

martes, 13 de septiembre de 2011

Esto no está pasando.

No puede ser. De verdad, no puede ser. Es una pesadilla. Seguramente sea eso. Simplemente, es tan auténtica, que casi parece formar parte de la realidad. Pero no puede ser. Esto no está pasando.

Ilusa, inocente e ingenua. Así era yo. Aún recuerdo cuando de pequeña, me sentía una afortunada. Siempre le decía a mi madre, que cómo era posible que a mis amigos y a sus familias les pasaran cosas malas y a nosotros no. Cuando era más mayor, lo seguía pensando. Es imposible que a mí y a los mios no nos pasara nada, y mis amigos estubiesen pasando por varios problemas. Y por ello tenía miedo. Miedo de que fuera todo siempre tan bien, porque en el fondo sabía que algo pasaría. Y pasó.

Pasaron cosas... hasta hoy. Hoy. Día en el que, desgraciadamente, me siento más cerca del cáncer. Mi abuelo murió de cáncer. El tio de mi madre murió de cáncer. Dos tios de mi amiga, sufrieron cáncer. Uno de ellos está en el cielo.No duró ni un mes. Mi tia, joven, padeció cáncer, y sigue rehabilitándose, gracias a Dios. Y hoy, justo hoy, esto. A mi otra tia, van a hacerle una biopsia. Biopsia. Análisis de un....tumor ? Me da asco decirlo. Si bien aún no han confirmado nada...nada más que hago pensar que cuando van a hacer eso, es que no hay nada nuevo. Y me asusta. Y ya no puedo más. Una cosa tras otra. Ya no sé qué es la tranquilidad, ni la felicidad completa. 

Aunque tengo esperanzas. Quizás se hayan confundido, y no sea nada malo. Quizás no sea cáncer de mama.
Quizás no, lo pido por favor. Por favor...
Tal vez a algunos os parezca que hago mal hablando de esto por aquí, no sé...comentando ciertos temas...pero es que no puedo callarlo. Necesito expresarme, desahogarme. Necesito liberarme, aunque sea un poquito, de esa presión que hace que me cueste respirar. Y es que dicen que Dios no ahoga, pero a veces aprieta demasiado fuerte...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El beso.

El beso. Auguste Rodin

  Hace días que sueño con lo mismo. Pienso en lo mismo. Me imagino lo mismo. Deseo eso  mismo también.

Beso.Mi beso. Nuestro beso. El beso...

Y es que quiero uno. Pero no un beso cualquiera. No de cualquiera. No quiero un beso. Quiero El beso. 

Quiero un beso de amor. Pero amor del bueno. Del que hablan algunos privilegiados.De ese que se encuentra en peligro de extinción.  

Quiero ese beso. Ese mismo que se convierte en sangre.El beso que sea sangre. Y que actúa como tal. Pues, al igual que ésta, ese beso llevará oxígeno. Oxígeno de la otra persona. Su aire. Que será mio. Ese beso, como la sangre, recorrerá todo mi cuerpo. Será como si me besasen por todo él. Empezará directamente por una parte del corazón. Después, recorrerá todo mi cuerpo, para finalmente, volver al mismo sitio. Empezar y acabar allí.

Y es que, realmente, eso es justo lo que quiero.Quiero un beso como la sangre. Quiero que me besen el corazón. Quiero, un beso de ésos que hace parecer que estás muriendo, cuando en realidad, está llenándote de vida...