¡ Hola! Vaya, han pasado 5 días... 5 días en los que no he aparecido por aquí. 5 días en los que no he dado señales de vida....5 días, en los que, como es costumbre, no he dejado de pensar!!!
Bueno, estos días he estado arreglando cosas de la facultad, los he pasado hablando con mi mejor amiga, y sobre todo ayudando en casa. Mayormente ayudando "con mi abuela", es decir, de su cuidado, aunque eso lo hago todos los días. Pero han sido especialmente en estos 5 días, dónde, he estado pensado qué me gustaría decirle; qué será de mi cuando ella no esté, que será pronto; y analizar, por así decirlo, todo lo que he pasado con ella.
Mi abuela es especial. Y no lo digo porque sea mi abuela, aunque eso le da "cierto enchufe". Es especial, no es como otras abuelas, y lo digo sin ofender. Y ahora lo entenderéis.
Cuando yo nací, mi abuelo murió. Mis abuelos vivían en otro pueblo, no muy lejos de dónde vivían mis padres, pero al fin y al cabo, estaban separados unos de otros. El caso es que mi madre es hija única, por tanto, tenía un vínculo muy especial con sus padres, por eso, y por otras cosas de la vida, que no sé si algún día os contaré. Murió mi abuelo, nací yo, y mi madre le pidió a mi abuela, que se viniera a vivir con nosotros, pues nada ya tenía que hacer en su casa, sola, y aquí, con nosotros, con ella, estaría en familia, todos juntos, con niños pequeños, en compañía. Ella accedió. Por eso es un caso especial. No es que mi abuela haya ejercido de madre, ni me haya criado como tal; pero tampoco es esa abuela que visitas los domingos, ni áquella a cuya casa ibas los viernes a almorzar después del colegio. Tampoco ha sido una hermana, para eso tenía los mios. No lo sé. No sé como llamarlo. Yo la llamo abuela. Pero sé que es algo más. Es algo más, por esas cosas que no sabéis, por lo que ha sufrido, y por todo lo que ha tenido que pasar. Es algo más por todo lo que ha hecho por mi madre. Y por mi padre. Por todos. Es algo más que una abuela. Es una abuela que me acostaba por las noches, junto con mis padres, y me daba las buenas noches con ellos, después de rezar "Jesusito de mi vida" . Es una abuela que almorzaba y cenaba siempre con nosotros. Es una abuela que me ha puesto el pijama, me ha bañado, ha jugado y me ha reñido junto con mis padres. No sé. Por mucho que intente encontrar las palabras que más se ajusten, no vais a saber lo que siento, a no ser que también hayáis estado en la misma situación :)
Se dice que, el dolor que sientes por una persona es proporcional al amor que has sentido por la misma. Bien. O no. ¿ Cuánto duele ver que esa persona se apaga día a día?. ¿ Sabéis lo que es la Demencia Senil, no? Como su propio nombre indica, es una enfermedad mental, que aparece en la senectud. En la vejez. Y va por etapas. Que es lo peor. Porque, cada etapa es peor. Cada etapa es más dolorosa, no para el paciente, sino para su entorno. De hecho, los médicos suelen visitar a sus familiares, y ver su estado anímico, más que al propio paciente, que se encuentra absorto, a saber en qué pensamientos. Si es que piensa. Eso me pregunto yo a menudo...¿ estará pensando? ¿ estará recordando algo de nosotros? Miles de preguntas y ninguna respuesta.
Las primeras etapas aparecen como el Alzehimer. Pequeños olvidos. Torpeza. Dificultad de concentración. Las siguientes etapas son un poco .... complicadas. No sé si llamarlo alucinaciones. Paranoias. No lo sé. En cualquier caso es duro. Es decir, empiezan a ver a la familia como el enemigo. Gradualmente. Un día, se olvidan la cartera en cualquier rincón, y te acusan de robarles el dinero. Así de drástico. Otro día, les da por pensar que la comida que les das tiene veneno. Que no los queremos. Que queremos hacerles daño. Por estas cosas se llora mucho. Por la impotencia de, querer explicarle a mi abuela que está equivocada, que no es así, que porqué piensa eso... pero sobre todo por la impotencia de que por mucho que se lo expliques, su mente le impide ver la realidad. Después pasan a olvidar, ocasionalmente, y cada vez con más frecuencia, que eres su familia. Que la casa en la que vive no es suya. Que quiere irse a su casa, con sus padres....y tú piensas, abuela, si supieras que tienes ochenta y pocos años, y que tus padres hace muchos de ellos que no están en este mundo... Miles de cosas. Esto es un ejemplo de un millón. O más. El caso es que para ir en busca de sus padres, y de su casa, se escapan. Y hay que tener mucho cuidado. Vigilarlos. Porque no sería la primera vez que un anciano se escapa, se pierde... y no regresa a casa. A nosotros nos ha pasado, el escaparse. Gracias a Dios siempre volvió. O la encontramos mejor dicho. En la calle a las 6 de la mañana, en casa de la vecina, en casa de mi tia...Y todo tiene peligro. Si aún anda bien, porque puede escaparse, andar más lejos, y puede pasarle algo. Por la carretera, por dónde sea.Porque no están bien. Y si les cuesta andar, si le duelen las piernas...porque pueden caerse, romperse algo, no pedir auxilio...
Otra fase más avanzada es la del insomnio, y sobre todo la agresividad. Sí, a pesar de tener 90 años, sufren tales crisis, que sacan una fuerza imposible para sus condiciones. Y son agresivos. Porque se sienten indefensos ante personas como nosotras que supuestamente queremos hacerles daño. Y tienen que atacar. Mi abuela tubo que ser ingresada. Incluso la ataron. Le pusieron calmantes, de como estaba. Muy nerviosa, chillando, retorciéndose. Intranquila. Y no sólo el tiempo que estubo ingresada. Eso, al igual que cualquier etapa, dura su tiempo. Imposible describir lo que siente una por dentro. Imposible. No hay agua suficiente en este mundo, no hay lágrimas suficientes que aliviaran lo que se siente. Y sobre todo, lo que sentía mi madre.
Y la última etapa. Dónde está mi abuela.Contradictorio porque es la etapa en la que más tranquila está mi abuela. Pero es la peor porque vemos el final. Mi abuela apenas habla, salvo algún que otro chillido, muy de vez en cuando. No se mueve, salvo los dedos de las manos, y los pies, también muy ocasionalmente. Apenas come. Sólo se alimenta de un batido-medicamento que lleva la cantidad de proteínas necesarias para que una persona como ella pueda permanecer un día más con vida. Y no significa que mientras beba, no vaya a morir.
Cierto es en parte, áquella frase que dice que "morimos de la misma manera que nacemos". Sí. Mi abuela ahora es como un bebé. Es la niña pequeña de la casa. Es por la que primero preguntamos al despertarnos, a la que primero visitamos cuando volvemos de estudiar. Como un bebé, usa pañal. No habla. Hay que darle de comer. Está casi siempre dormida. Hay que bañarla. Sí, en cierto modo es como un bebé. Pero sólo es en parte cierta aquella frase. Porque no es lo mismo un bebé que usa pañal hasta que controle su esfínteres, a una persona que lo usa porque no le queda más remedio. No es lo mismo que un bebé duerma casi todo el día, reponiendo fuerzas para todo lo que va a vivir y explorar los años futuros, a una persona que duerme, en vez de estar muerta. No es lo mismo un bebé que tiene toda la vida por delante, que se va a desarrollar, a evolucionar en todos los sentidos, a una persona que la vida va perdiendo poco a poco, y que en vez de desarrollarse, se está degenerando.
Son duras mis palabras, pero creedme que el vivir todo esto es peor. Y mi abuela. Sólo de pensar que ya mismo no estará...quiero llorar y no parar, pero si lo hago mi madre lo hará. Y ya está tocada. Está con los nervios. Y el familiar más directo, en cuanto a roce y trato con el paciente, una vez que éste desaparece, sufre depresión. Porque las personas que cuidan de corazón, por amor, a éstas personas, dedican su vida a ellas. A su cuidado. Y cuando la persona no está, se encuentran vacias. Un motivo por el cual vivian se esfuma. Y me da miedo. Miedo de que mi madre se hunda. Y no sólo ella. Los médicos nos dicen que nos hagamos a la idea. Que es ley de vida. Y que debíamos de estar agradecidos de haber disfrutado de mi abuela tantos años, que hay personas que disfrutan poco de sus seres queridos, y otros, que ni si quiera tienen la oportunidad. Y yo llego a entenderlo. Aunque eso no hace que duela menos. Llego a entenderlo. Pero una hija por mucho que lo sepa, por mucho que intente razonar, que analice, que piense, no puede aceptar la muerte de una madre. Mi madre no acepta que pronto mi abuela no va a estar. Y no lo acepta, no sólo porque es su madre. Y cuando digo madre, digo madre. Madre de criar. Madre de amor. Madre de roce y cariño. Como decía no sólo porque es su madre. Sino por otras cosas, como ya comenté y que no he contado, que hace que siempre hayan estado muy unidas.
Muy duro es todo esto. Muy duro, cuando, el estado en el que se encuentra mi abuela, es el estado anímico de mi madre. Y tengo miedo. Pero sé que mi madre saldrá adelante cuando todo pase. No tengo la mínima duda. Y dormirá tranquila sabiendo que ha devuelto con creces todo lo que su madre hizo por ella. Porque la ha cuidado como si de su hija se tratase.No como otras personas que se ven en la tele, o que te cuentan, que dejan desnutridos a sus seres queridos, que los maltratan, descuidados, no sólo de higiene y alimento, sino de amor. Que es lo más importante. Se me parte el alma cuando veo en la tele imágenes de cuando pegan a un anciano.Desgraciados y malnacidos. Pero el que siembra, recoge. Y ojalá estas personas sin corazón recogan todo lo que han sembrado. Todo.O incluso más.
Como decía, mi abuela es la niña de la casa. Es más, recuerdo que mi hermano pequeño se ponía de vez en cuando celoso, de que todos nos riéramos si mi abuela decía algo, o si le dábamos tal cosa. Eso ya pasó. Mi hermano pequeño, junto con mi madre, y me incluyo a mí, somos las personas que más nos encargamos del cuidado de mi abuela.
Sólo nos queda esperar a que se vaya, y nos deje con todo su amor. Porque aunque lloramos de vez en cuando, sobre todo mi madre, son en el fondo lágrimas de amor. Y hasta que llegue la hora, que sólo Dios sabe cuando es, disfrutaremos de ella. De esa media sonrisa, que se le dibuja en la cara de pronto a saber porqué. De los besos que le damos. De las cosas que le decimos. De sus miradas. Sobre todo, de una mirada en particular.Que siempre ocurre de la misma manera, y tiene igual significado en todos los casos.Con cualquier persona de mi familia. Conmigo. Con los ojos entornados y el ceño fruncido, sólo un par de segundos, me mira, me mira a los ojos, y estoy segura que en esas décimas de segundo sabe perfectamente quién soy. Nos volvemos a encontrar.
TE QUIERO ABUELA.